lunes, 28 de septiembre de 2009

De los Veinti algo que han decidido vivir muriendo…

"El secreto de la existencia humana consiste no sólo en vivir, sino en hallar el motivo de vivir. Sin una idea clara y determinada del objeto de su existencia, el hombre preferirá renunciar a ella, y se destruirá, antes que permanecer en la tierra" (Los Hermanos Karamazov / Dostoievski)

No podía seguir en este infierno pasando horas delante de la pantalla como un títere”, fue la última nota que escribió Jean Michel en su computador antes de lanzarse al tren que lo mató; tenía más de medio siglo encima, una esposa y tres hijos… seguramente, lo planeó durante días. En otro momento, planeando o lo más seguro: no planeando, otra mujer se lanzó al vacío desde su oficina después de que supiera que le cambiaban de jefe en su equipo. Y como para variar, un hombre de 49 años con poca suerte para cumplir su propósito, clavó un cuchillo en su estómago, cual samurái en búsqueda de su honor perdido, durante una reunión en la que se le informó de su traslado.

Veinti algo lo hicieron desde febrero de 2008 y otros cuantos lo han intentado. Esas son las cifras dadas por les journalistes (lo escribo así por aquello de su ascendencia franca, o francamente por lo de periodistas) que siguen día a día los suicidios en France Telecom, primer operador de telecomunicaciones galo, con aproximadamente 100.000 travailleurs.

El cuerpo sindical francés, arguye que desde 1998, cuando France Telecom dejó de ser parte del sector público y que por estrategias de un “bien común” se privatizó, se han venido presionando a los trabajadores de forma ininterrumpida. En palabras de ellos, en la compañía solo se está buscando encontrar el camino hacia ese modelo empresarial eficiente y sostenible, con “apenas” unas 40.000 pérdidas de empleos y otras cuantas estrategias o políticas corporativas para que algunos dejen la compañía u otros acepten las nuevas medidas.

Sin embargo, es importante aclarar que esta situación no solo ha pasado en France Telecom, también ha ocurrido en otras empresas tales como Renault, Peugeot, EDF y alguna que otra empresa colombiana. Las fuentes en la web, han expresado que también en estos casos la responsabilidad de las empresas se da por el desmejoramiento de las condiciones laborales y las presiones crecientes de relaciones transversales dentro de las compañías (fuesen operarios o directivos). Lo único que interesa es obtener las metas u objetivos impuestos desde la cima. Casi siempre, la política empresarial imperativa es la de ser productivos siendo “líderes pro-activos”, interesantes palabras y discurso con tono “triunfador” que si no son manejadas responsablemente por parte de las compañías, pueden desencadenar acciones inesperadas y definitivas como lo han hecho algunos ex-trabajadores.

Pero, ¿son estas acciones gestos innegablemente relacionados con el trabajo? ¿siendo racionales, es estadísticamente relevante esta tasa de suicidios registrada en una empresa con 100.000 trabajadores? ¿me estoy convirtiendo con este artículo en otro integrante de la presse jaune (prensa amarillista)?

Sun Tzu en su arte de la guerra (quía bastante utilizada para cumplir objetivos con disciplina castrense empresarial), explica de una forma cruda pero real en el capítulo que habla de la Energía, que el método de emplear hombres consiste en usar al avaro y al estúpido, al sabio y al valeroso y dar responsabilidad a cada uno en situaciones que les convengan; en términos organizacionales, ubicar al talento humano según sus competencias. Hasta ahí todo claro. Sin embargo, Sun Tzu también expresa claramente: “No encargues a la gente hacer lo que no pueden. Selecciónalos y dales responsabilidad en la medida de sus habilidades”. Ante este claro consejo de administración de personal de hace siglos, me pregunto si son las herramientas o políticas organizacionales realmente eficientes para saber cuál es el límite de responsabilidad de cada trabajador?. Según lo expuesto al empezar esta artículo, parece ser que algunas no.

Pueden surgir muchos cuestionamiento, tales como si ¿son los trabajos actuales especialmente estresantes?, ¿está la crisis llevando a algunos trabajadores al límite?, ¿nos falta flexibilidad psicológica para aceptar la frustración y el fracaso? o ¿necesitan las empresas repensar sus procesos para prevenir que trabajadores voladores salten por los aires?

No tengo la respuesta, ni la voy a buscar en este escrito, pero muchas veces creo que la solución a estos eventos puede ser más simple que lo que muchas teorías elaboradas de bienestar organizacional o estadísticas pueden expresar. Sea en Francia o en Colombia, los travailleurs o trabajadores siguen siendo humanos, y tal vez las soluciones sean más obvias que complejas. Han pensado en “escuchar”.

Emerson Forero Acero

No hay comentarios: